UNA “PESETA” DESCONOCIDA. Dr. Roberto Menchaca García Autor invitado

Roberto Menchaca García. Autor invitado.
Cuando a veces creemos haberlo visto todo, de repente surge algo inesperado. Comparativamente la historia de las emisiones monetarias cubanas es relativamente joven. Esto se debe a que, a diferencia de otros países hispanoamericanos, Cuba no contó nunca con una ceca durante el período colonial donde se produjesen monedas que ahora pudiésemos reconocer como nacionales. Si bien las primeras emisiones de billetes para la circulación en la isla comenzaron en 1857, Cuba no puso monedas en la calle hasta mediados de 1915.
Y pese a ello, hace relativamente poco tiempo que la mayoría de numismáticos oímos hablar por primera vez de una moneda que había sido acuñada en 1994, habiendo permanecido almacenadas (y aún sigue así) en las bóvedas del Banco Central de Cuba, sin podernos contar su verdadera historia. La primera vez que la mayoría de nosotros supimos de la existencia de esta moneda fue hacia 2017 a raíz de la publicación del catálogo “Cuba: Emisiones de monedas y billetes, 1915-2014” (Ediciones Boloña, 2017).

Catálogo “Cuba: Emisiones de monedas y billetes, 1915-2014” En él se menciona por primera vez la existencia de una moneda de veinte centavos acuñada en 1994
La obra, realizada por el Museo Numismático de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, es una continuación de un primer catálogo editado en 1980. En ella se mencionaba por primera vez la existencia de una moneda de veinte centavos acuñada en 1994 como parte de una “emisión limitada”. No obstante, debieron pasar algunos años más hasta que algunas fotos de las piezas saliesen a la luz.

Anverso y reverso de la moneda de veinte centavos de 1994
De acuerdo con la información suministrada en el catálogo antes mencionado la moneda tiene los mismos parámetros en cuanto a diseño, composición, diámetro y peso que el resto de las piezas acuñadas en esta denominación hasta la fecha. Es decir, las piezas fueron confeccionadas empleando la tradicional aleación compuesta por aluminio, magnesio y manganeso (971.5: 25.0: 3.5), tienen un peso de 2 gramos, un diámetro de 24 milímetros y el canto liso.
A diferencia de las monedas de esta denominación que habían sido acunadas con anterioridad por la ceca de Kremnica (Checoslovaquia) en los años 1969, 1971 y 1972, las monedas de 1994 incorporan en el diseño los cambios típicos que fueron introducidos en todas las restantes denominaciones al comenzar a ser acuñadas por la Casa de la Moneda de Cuba.
Esto se puede apreciar con claridad en la redefinición del escudo que introdujo la ceca cubana en el reverso de las piezas que comenzó a acuñar. El nuevo diseño del escudo contiene los detalles más realzados y nítidos que la versión anterior.
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Reversos respectivos con las variantes del escudo realizadas por ambas cecas
Los nuevos elementos son también discernibles en el anverso de las piezas fabricadas en Cuba. En ellas se modificó ligeramente la posición de la leyenda “PATRIA O MUERTE” que rodea la estrella, de modo que los extremos de las puntas superiores de la misma se dispusiesen entre las letras de dicha leyenda. Con esto se consiguió que las puntas de la estrella no estuviesen tan cerca de las letras, lo cual ocurría en las monedas acuñadas hasta 1972 en Kremnica. Adicionalmente, el aro que rodea el número romano “XX” en estas últimas se deforma en los puntos de superposición con las cinco puntas de la estrella, algo que no sucede con las piezas fabricadas en Cuba.

Anversos respectivos de las piezas producidas por ambas cecas
Se desconoce la razón final por la cual estas “pesetas” fueron acuñadas en 1994. El extraordinariamente bajo número de piezas producidas parece indicar que se trataron de patrones previos al inicio de unas acuñaciones regulares que nunca tuvieron lugar.
Hay que recordar que en aquellas fechas Cuba se hallaba inmersa en el conocido como “período especial en tiempos de paz”, como fue llamada aquella situación de grave contracción económica resultante del colapso de la Unión Soviética y el bloque de países comunistas de Europa del Este. Uno de los elementos característicos de este período fue la gran pérdida de valor del peso nacional, que hizo innecesaria la acuñación de monedas fraccionarias del mismo durante prácticamente toda la década de los noventa del siglo pasado. Esta debió ser la razón por la cual se canceló el proyecto de acuñación de monedas de veinte centavos en 1994. En su lugar los esfuerzos se centraron en la introducción ese mismo año de monedas y billetes correspondientes a un nuevo signo monetario: el peso convertible.
Lamentablemente existe muy poca información con respecto a estas monedas de 1994. Sería muy deseable que los organismos oficiales competentes (e.g. la Casa de la Moneda de Cuba o el Museo Numismático) arrojasen más luz sobre esta misteriosa acuñación que podría no solo explicar el origen de estas monedas sino, QUIZÁS, también de paso aclarar el de la variante sin fecha que salió por error a la circulación en 2002. Hay que notar que ambos casos exhiben las mismas modificaciones en cuanto al diseño que hemos reseñado anteriormente.

Imágenes de diferentes anversos de la moneda de veinte centavos carente de fecha que salió por error a la circulación en el año 2002
NOTA: Le proponemos que usted pueda consultar este artículo en la versión original del autor. Usted puede descárgalo en este enlace (cortesía de numsmatica.in). https://numismatica.in/wp-content/uploads/2024/09/Una-gran-desconocida.pdf